Bibliografía Yippies y Contracultura 60: Beat, Hippie, Yippie, de Fernanda Pivano

Beat, Hippie, Yippie: del underground a la contracultura.
de Fernanda Pivano.
Traducción de José Palao.
Publicado en España en 1975 por Ediciones Júcar, en su colección La Vela Latina/Ensayo.



El libro está agotadísimo aunque aún se puede encontrar barato por Iberlibro. En estos días os iremos ofreciendo algunos de sus textos dedicados a los Yippies

Empezaremos con el artículo dedicado exclusivamente a ellos.

EL YIP Y LA NUEVA POLÍTICA

Durante la Convención Nacional del Partido Demócrata, reunida en Chicago en 1968, el vicepresidente americano Humphrey se lamentaba de que su sede estuviese rodeada de alambre de espino y cada delegado estuviese defendido por cuatro policías. Semejante aparato de orden parece insólito incluso en aquellas circunstancias y quizá se pueda explicar solamente con la alarma suscitada en Chicago por la proyectada reunión de jóvenes contestatarios relacionados con la Nueva Izquierda, que a partir del mes de febrero de 1968 fueron invitados a esta reunión por casi todos los periódicos underground americanos y canadienses.

Ilustración de Ralph Steadman.
En ciertos casos, como en el Distant Drummer de Filadelfia, la invitación fue transmitida mediante una composición de fotografías (Allen Ginsberg, Jerry Rubin, Ed Sanders, una persona anónima arrastrada en volandas por dos policías, una muchacha desnuda) entremezcladas con escritos tales como "luces, teatro, libres, magia" y coronadas por un friso en que se leía "amor paz yippie Chicago dirigid vosotros mismos" y que encuadraba una poesía: "Quién sabe qué dinero / acecha en el corazón de los hombres / separando el yo del alma / al hermano del hermano / exorcizadlo / los dólares dividen / los dólares destruyen la comunidad / no dejad que el espectro de los dólares / domine vuestra vida / La Sombra sabe / escuchad / liberaos de cualquier propiedad / haced lo que queráis / el 25-30 de agosto / estad". Debajo una advertencia: "Lentamente la revolución entra en el corazón de todos a medida que aprendemos a encarar el horrendo espejo de la imaginación".

En otros casos, por el contrario, la invitación era agresiva, como en el Peace and Freedom News de Baltimore: "Yippie, este es nuestro último intento de crear la alternativa a una sociedad por medios pacíficos...; en Chicago, del 25 al 30 de agosto, seis días de vida auténtica...; venid y festejad vosotros mismos / uníos a nosotros en nuestro último enfrentamiento con el hombre LBJ / quizá nuestras buenas vibraciones combinadas anulen las suyas malvadas...".

Otras veces la invitación era programática, muy pedante y un poco malévola, como en el Middle Earth de Iowa City, que bajo el título "¡Haced algo!" anunciaba: "La agenda del New Left registra, entre las actividades del próximo verano, una movilización para desorganizar la Convención Nacional Demócrata en Chicago. Promete ser una bonita fiesta, con "hippies" fumando marihuana por las aceras (desobediencia civil), orquestas rock tocando por las calles, y nuestra muchedumbre de liberales y pacifistas... Cualquiera que tenga un mínimo de inteligencia política sabe que todo terminará en una gran chapuza. Sin embargo, sigue manando de los labios de nuestros jefes retórica romántica ("¡Se ha acabado el tiempo de las palabras! ¡Ha llegado el momento de la acción! ¡Debemos hacer algo! ¡Es hora de que nos movamos!"). La enfermedad de la Nueva Izquierda es la pasión sin política".



Pero la auténtica invitación, la que se imprimió idéntica en la mayor parte del centenar de periódicos underground actualmente (agosto de 1968) en circulación era un largo ensayo-programa de Jerry Rubin. El Loving Couch Press de Winnipeg (Canadá), por ejemplo, lo reproduce en medio de una serie de recetas firmadas "El herborista" y un artículo en que se enseña cómo cultivar marihuana en la propia casa, con el título Brother Rubin Raps (¡este "argot" evoluciona con tanta rapidez...! Raps quiere decir "habla"). Empieza así: "1968 es el año de los "yippies". Un "yippie" es cualquiera que tenga ganas de existir... Los "yippies" estarán en Chicago el próximo agosto en el festival de la Juventud o YIP. La Nueva Izquierda creó el "teach-in", los "hippies" el "do-in" o "live-in". El primer Festival de la Juventud tendrá lugar entre los días 25 y 30 de agosto en Chicago, en el Grant Park... Imaginaos la escena: miles y miles de "yippies", 200.000 como mínimo, llegados en autostop o utilizando cualquier otro medio..., con sacos de dormir, guitarras, mantas, comida..., para una síntesis supercreativa, explosión de energía, intercambio de informaciones... Una de las noches 100.000 personas quemarán simultáneamente fajos de cartillas de reclutamiento... Debe ser una revolución a la inversa".

Muchos han sido los que se preguntaron de dónde salieron estos "yippies". Los "yippies" son aquella parte de los "hippies" que se sumaron a los grupos contestatarios de la Nueva Izquierda, y su Partido, el YIP (Youth International Party, o Partido nacional de la Juventud, aunque también pueda ser Fiesta Internacional de la Juventud), tomó forma durante el otoño de 1967, en el curso de la Marcha de la Paz de Washington, cuando desfiló alrededor del Pentágono una muchedumbre de personas calculada en números redondos entre los 35.000 y los 75.000 manifestantes.

También en aquella ocasión se llamó para organizar la participación de los jóvenes contestatarios a Jerry Rubin, un especialista que se hizo popular en octubre de 1965, cuando participó en la organización del Día de Vietnam (en que desfilaron 80.000 pacifistas en 50 ciudades distintas de los Estados Unidos). Norman Mailer lo definió como "el más combativo, imprevisible, creativo y, por tanto, el más peligroso dirigente filo-hippie a disposición de la Nueva Izquierda"; también, porque aquel día en Washington fue testigo de su brillante conducción de los enjambres de jóvenes venidos con proyectos muy irreverentes, pero del todo extraños a la tradicional semántica revolucionaria (por ejemplo, querían usar como armas sólo pistolas detonadoras y de agua, taponar las bocas de las ametralladoras con flores, tratar de raptar al Presidente Johnson para quitarle los pantalones), que en parte llegaron incluso a ser puestos en práctica; nuestros periódicos llegaron a publicar en su tiempo las fotografías de las metralletas coronadas de flores.

Los proyectos irreverentes no eran invento suyo: provenían del "programa para una marcha pacífica" ideado por Ginsberg precisamente para el Día de Vietnam, con motivo de la manifestación que tuvo lugar en Oakland (California). Para evitar la cristalización del lavado de cerebro dominante, Ginsberg propuso acciones y objetos extraños a la lógica convencional, sugiriendo que se introdujesen en la marcha elementos insólitos e imprevistos (tales como grupos de cantantes y bailarines, o el uso de incienso y campanillas, o adornos de plumas y cosas así), de acuerdo con la semántica que serviría de base al Flower Power: flores en lugar de armas, fantasía en lugar de violencia, imágenes en lugar de estereotipos.

Gnsberg y Rubin

Esta temática ginsbergiana había estallado como flor japonesa de papel, de esas que se inflan apenas se sumergen en agua, en el "human be-in" de San Francisco, cuando millares de "seres humanos" se reunieron en enero de 1967 con la intención de manifestarse o protestar únicamente contra la realidad de la existencia; y volvió a hacer aparición en el curso de la Marcha por la Paz en Washington en el marco de una protesta ya politizada. El pacifista militante Ed Sanders, con su banda, los Fugs, salmodió el Hari Krishna Hari Rama, hoy ya familiar incluso entre nosotros, y exorcizó al MAL gritando con voz de salmodia, en medio del fargor de los instrumentos: "Fuera demonios, fuera, tornad a la oscuridad, siervos de Satanás", en que los demonios eran las fuerzas que inducen a la guerra.

Ed Sanders y los Fugs

La carga combativa puesta de manifiesto por los "hippies" en aquella ocasión inspiró la idea de utilizarlos sistemáticamente como un grupo contestatario particular, extremadamente móvil e incontrolable: Jerry Rubin, Abbie Hoffman y Paul Krassner los rebautizaron con el nombre de "yippies" (los "hippies" acababan apenas de celebrar los funerales por su propio nombre eligiendo el nuevo de "freebes" o "seres libres") y, tras un "yip-in" que tuvo lugar en la estación Grand Central de Nueva York, organizaron su reunión de masas del 25 al 30 de agosto en el Grant Park de Chicago.

Naturalmente, el estereotipo del que los "hippies" quisieron liberarse celebrando sus propios funerales correrá ahora el riesgo de desplazarse y convertirse en el de anarquistas revolucionarios, y habrá alguno que dirá que los "hippies" se convirtieron en "yippies" y basta. Pero yo creo que este, como cualquier otro estereotipo, será, por no decir otra cosa, impreciso: porque mientras grandes sectores de "hippies" celebran su festival en Chicago abjo el nombre de "yippies", los "freebes" viven de tortilla de patatas en las cuevas de Creta o de ciertas inyecciones en el hotel Gulhane de Estambul, y los comunitarios cultivan la tierra en sus minúsculas "comunas" diseminadas por todo el mundo. Porque, a pesar de todo, los estereotipos no bastan para aprisionar la inventiva de los hombres libres.

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